Resumen de libros

Resumen: La gamificación del discurso público

Como antiguo adicto a los juegos, C. Thi Nguyen dice que puede sentir los mismos factores que hacen que los juegos sean tan satisfactorios en el discurso de las redes sociales: niveles, puntuaciones y objetivos simplificados. Esta gamificación impide el tipo de diálogos profundos, matizados y amistosos sobre un tema que se podrían tener con alguien cara a cara, y en su lugar promueve una versión simplificada de la indignación moral, que incluye expresiones breves y crueles. La cautivadora charla de Nguyen devela los preocupantes mecanismos que subyacen al discurso público moderno.

Ideas fundamentales

  • Gran parte de la comunicación moderna se adapta a la preferencia de las personas por la simplicidad, lo que conduce a una versión simplificada de la moral.
  • Las cajas de resonancia le enseñan a la gente a desconfiar de los que están fuera, mientras que los filtros burbuja impiden que la gente los escuche.
  • La simplificación excesiva es una de las armas más eficaces en el arsenal del manipulador de creencias.
  • Dar rienda suelta al exceso indiscriminado de posturas morales significa obtener una gratificación inmediata de cualquiera sin comprometerse realmente con un problema en particular.
  • Cuando se aplican los principios de los juegos al discurso público, la sociedad se encamina directamente hacia problemas.

Resumen

Gran parte de la comunicación moderna se adapta a la preferencia de las personas por la simplicidad, lo que conduce a una versión simplificada de la moral.

Ver el mundo a través de un sistema de valores matizado puede ser difícil y a menudo confuso. Los juicios morales resultan más gratos cuando las situaciones parecen claras, por lo que las personas tienden a preferir escenarios que no requieren complejas consideraciones de diferentes factores y perspectivas.

Tener valores más complejos y matizados hace que sea un poco más doloroso ir por el mundo; en cambio tener otros más simples es un poco más seguro y comunitario.”

Ese aspecto de la naturaleza humana conduce a la polarización viciosa de gran parte de la comunicación en línea actual. Los canales sociales, como Twitter y Facebook, aprovechan los sistemas de valores y creencias morales simplificados y, por lo tanto, inducen a sus seguidores a un estado de estrechez de miras contagiosa.

Las cajas de resonancia le enseñan a la gente a desconfiar de los que están fuera, mientras que los filtros burbuja impiden que la gente los escuche.

La mayoría de la gente utiliza los términos filtro burbuja y caja de resonancia indistintamente, pero hay una diferencia importante: si está en un filtro burbuja, solo escuchará las opiniones de su grupo y bloqueará cualquier argumento externo. Por el contrario, si está en una caja de resonancia, aprenderá a desconfiar de la información que provenga de fuentes externas.

Las teorías conspirativas prosperan en las cajas de resonancia. Las conspiraciones pueden adoptar la forma de lo que el filósofo Endre Begby denomina “anticipación probatoria”. El que un líder carismático esté en una caja de resonancia implica que todo el mundo ahí, sobre todo los medios de comunicación, están en su contra. Predicen que los externos los criticarán y llamarán mentirosos. Cuando los demás miembros de la caja de resonancia descubren que las fuentes externas hacen exactamente eso, se sienten satisfechos de la confianza que depositan en su héroe.

Pienso en esto como judo intelectual; no solo estoy bloqueando las pruebas que llegan, sino que estoy haciendo que confíes más en mí.”

Los canales de las redes sociales tienen la mecánica de las cajas de resonancia, y las personas influyentes en estos canales suelen reflejar las características de los líderes de sectas.

La simplificación excesiva es una de las armas más eficaces en el arsenal del manipulador de creencias.

Los seres humanos tienen recursos cognitivos limitados, así que cuando usted intenta llegar al meollo de un asunto, tiene que poner el límite en algún lugar. La sensación de claridad es la señal para detenerse.

Utilizamos la sensación de confusión como heurística para continuar las investigaciones. Utilizamos la sensación de claridad como heurística para terminar las investigaciones.”

Por tanto, cuando una idea es sencilla y fácil de seguir, es más probable que la acepte. Los manipuladores de creencias se aprovechan de estas tendencias cognitivas, pues su prioridad es crear una sensación de claridad, no necesariamente presentar información precisa. Una teoría de la conspiración puede decir, por ejemplo, que un grupo de personas dirigido por una entidad maligna es responsable del conflicto mundial. Esa visión simple ofrece a los seguidores una explicación sólida y unificadora para cuestiones que en realidad son complejas y con matices.

Los números también pueden ofrecer una falsa sensación de claridad. La gente tiende a sobrevalorar los datos cuantitativos, ya que sugieren exactitud y mensurabilidad, y dan la impresión de objetividad y comparabilidad en diversos entornos. En cambio, las formas cualitativas de entender los datos son más complejas y suelen ser específicas de un contexto único.

Dar rienda suelta al exceso indiscriminado de posturas morales significa obtener una gratificación inmediata de cualquiera sin comprometerse realmente con un problema en particular.

Caer en el juego de posturas excesivas de indignación moral implica obtener placer de la indignación sin un compromiso moral sincero. El peligro es que le hace simplificar o cambiar su moralidad y su comportamiento. En lugar de buscar la verdad, buscará maximizar su placer. Ello proporciona a quienes manipulan las creencias el escenario perfecto para conseguir que la gente compre sistemas de valores que ofrecen explicaciones simples, crean una mentalidad de “nosotros contra ellos” y centran la atención de la gente en objetivos limitados de miras.

Cuando se aplican los principios de los juegos al discurso público, la sociedad se encamina directamente hacia problemas.

Los juegos capitalizan la sensación de claridad. Suelen tener un objetivo claro y cuantificado, y los jugadores saben exactamente cómo van para conseguirlo. Estas cualidades hacen que los juegos sean un bienvenido respiro de la vida.

La vida es esa tortura de valores existenciales, y los juegos nos dan un pequeño oasis [para liberarnos] de eso. Durante un rato, sabe exactamente cuál es la cuestión.”

Pero cuando se empiezan a implementar objetivos similares a los de un juego a la vida real, se abre la puerta a la captura de valores, que se produce cuando alguien con valores profundos y matizados se une a un sistema que ofrece recompensas cuantificadas por practicar una versión simplificada de esos valores. El sistema animará a la persona a gravitar hacia el comportamiento que le proporcione la mayor recompensa y, por tanto, el mayor placer. Con el tiempo, la versión simplificada de los valores se impondrá. Por ejemplo, es posible que vaya a la escuela con un profundo deseo de aprender, y que salga preocupado únicamente por su puntuación global. O podría empezar a hacer ejercicio y comer bien porque quiere estar sano, pero luego empieza a enfocarse simplemente en reducir su índice de masa corporal y aumentar su número de pasos.

Los entornos de comunicación en línea aprovechan esta mecánica de juego utilizando seguidores, retuits y me gusta como sistemas cuantificables de puntos y niveles. Como el contenido de indignación moral inspira unas cuatro veces más participación que el contenido no indignante, quienes consumen y provocan una indignación moral simplificada reciben recompensas. El matiz y la complejidad ya no forman parte del debate, lo que deja un hábitat perfecto para la división, la crueldad y el fanatismo.

Shares: